P.O.V.
Daniella:
Desear algo, aunque sea con todas tus
fuerzas, no significa que suceda. Esta frase resonaba en mi mente mientras
trataba de alejarme de todo lo que me hacía daño: Charlie, Logan, Aria y yo
misma.
Estúpida,
fui tan estúpida al creer que esto alguna vez funcionaria; me sentía tan herida
y avergonzada que con suerte seguía manteniéndome en pie. . Vague por un
pasillo sin percatarme hacia adónde iba y me desplome en una esquina. Pero, a
pesar de todo, no llore. No pude desahogar mi dolor con lágrimas.
Mi madre
tenía razón cuando me había dicho esa frase que ahora retumbaba en mi cabeza, la
última vez que la vi.
Vívida y dolorosa, la visión de mi madre ocupó
todos mis pensamientos, y yo no era capaz de bloquear aquel horrible recuerdo,
así que deje de luchar y me entregué a el por completo:
Estaba en mi casa y era de noche. Acababa de
llegar de una cita con Logan, y me había pasado un poco de la hora. Mi madre
estaba furiosa y me esperaba despierta para retarme.
Entre sigilosa por la puerta y al encender
la luz casi me da un infarto. Allí estaba ella, esperándome silenciosamente con
una cara que lo decía todo. Yo no estaba para sustos ese día, ya que hacía poco
me había enterado que Logan era un vampiro. También me había ofrecido la
inmortalidad, y que huyéramos juntos. Según él, esa era la prueba de amor que
necesitaba para convertirme: tenía que abandonar toda la vida que tenía allí y
partir junto a él a América. Pero solo me transformaría cuando cumpliera los
18; quien diría que Logan tenía cierta ética.
Mi madre se paró y camino hasta quedar en
frente mío.
-Llegas tarde…
-Lo sé, pero puedo explicar…-no me dejo
terminar, levanto una mano e hizo un gesto para que me callara.
-No me importan las escusas, te di una hora
para volver y no la cumpliste, ahora asume las consecuencias.
-Si me dejaras explicarte…
-No quiero oírte. Sé que estabas con Logan y
quiero que dejes de verlo- la miré sorprendida. No podía creer lo que me estaba
diciendo. Siempre había sido la niña obediente, la que obedecía sin alegar.
Pero en ese momento, decidí que ya no sería esa niña, la que se resignaba
apenas le levantaban la voz.
-Mamá no lo haré, él es mi novio y no puedes
tratarme así, ya no soy una niña. Tengo 16 años, asúmelo.
-Te trataría como quieres si tú demostraras
la madurez suficiente y pudiera confiar en ti. Pero después de hoy, dudo que
eso pase pronto-enfada, desvié la mirada y cruce mis brazos.
-No tengo porque explicarte nada, tú no eres
mi jefe.
-Soy tu madre.
-Eso no dice nada, me diste la vida y ya. No
tienes autoridad para elegir lo que yo quiero hacer con mi vida-en este punto,
ya no me importaba que dijera; estaba tan enojada que no medía el peso de mis
palabras.
-Y tú no tienes la capacidad suficiente para
elegir lo correcto-la voz de mi madre se quebró al principio, pero no vaciló
con respecto a su postura.
-Quizás no necesito elegir lo correcto, tal
vez elija lo que me convenga- me di la vuelta para irme pero ella me agarró el
brazo y me dio la vuelta.
-Alto ahí, tú no te vas sin que arreglemos
esto.
-Yo hago lo que deseo-Ella trataba de
imponerse sobre mí, como cuando yo era menor, pero eso no estaba funcionando,
porque yo era más alta y fuerte ahora. Yo era la que se imponía ahora.
- Desear
algo, aunque sea con todas tus fuerzas, no significa que suceda.
-¿Y tú que sabes? Yo soy la dueña de mi
destino y no necesito que alguien me dé órdenes.
-Te daré 15 segundos para disculparte por lo
que acabas de decir.
-Sabes que no lo haré.
-5, 6…
-¿Enserio crees que me arrodillare frente a
ti y suplicare que me perdones? Lo siento por desilusionarte, pero ya no soy
esa ingenua niña que hacia todo lo que querías, he crecido y quiero mi
libertad. Y la obtendré a cualquier costo.
-10,11…-fingió que no me escuchaba. -14…15-sentenció-
espero mis disculpas- Yo estaba tan enojada que lo que dije a continuación
salió de mi boca sin previo aviso.
-Lo lamento señora, pero yo no tengo de que
disculparme. Y menos de una mujer como usted. Me da ASCO-en un abrir y cerrar
de ojos, mi mejilla estaba roja y ardía por la cachetada que mi madre me había
dado. Me volví hacia ella con mi pelo sobre los ojos; ella se tapaba la boca
como si no hubiera querido hacerlo. Suaves lágrimas empezaron a caer desde mis
ojos, que se sentían como agujas en mi mejilla adolorida.
No podía creer lo que acaba de pasar, me
sentía avergonzada y…dolida. De todas las personas del mundo, nunca creí que
ella fuera capaz de hacerme esto. Jamás había levantado su mano contra mí,
aunque yo hubiera hecho cosas terribles.
Esto significaba que me había excedido, pero
poco me importaba, porque el dolor y la sorpresa fueron remplazados por ira y
venganza. Quería tirarle el pelo y arrastrarla por el suelo, pero lo que hice
fue mucho peor. Y lo más doloroso es que no necesite acciones para herirla,
fueron solo palabras.
-Te odio…-susurre tan bajo que ella no me
escucho. Nunca había usado esa palabra antes con nadie, porque odiar a una
persona es algo demasiado fuerte, ni siquiera odiaba a esa niña que me hacia
bulling cuando era niña; pero esta vez iba en serio, y cuando dije esa palabra,
algo en mi interior se rompió, algo que no he podido arreglar nunca.
-Tú me obligaste a hacer esto, sabes que no
lo hubiera hecho si…-esta vez, yo no la deje terminar.
-TE ODIO- Decirle que la odiaba, hizo que la
rabia creciera en mi. Ella solo me miró en silencio mientras comenzaba a
llorar.
-No lo dices en serio.
-Usted no sabe lo que siento-le espeté-y lo
digo enserio: La odio, no la quiero volver a ver en la vida. No se preocupe por
mí, porque ya no volveré a este lugar.
-Dani por favor…
-No me llame así. Así me llaman solo las
personas que quiero, y usted no es una de ellas. Me largo de aquí.
-No puedes irte, no sobrevivirás.
-¿A si? Míreme y aprenda-subí hacia mi
habitación y cerré la puerta con llave tras de mí. Arme un bolso y metí todo lo
esencial en el. Bajé las escaleras y me dirigí hacia la puerta. Mi madre seguía
plantada en el lugar en que la había dejado, me miró con ojos suplicantes, lo
cual sólo empeoró más las cosas- No intente suplicarme, porque no cambiara
nada. Usted me enferma y espero no tener que saber nada más de usted en la
vida. Ya entiendo porque mi papa se largo de aquí cuando tenía 6 años- esa fue
la gota que rebalsó el vaso, la cachetada metafórica en respuesta a la física
de mi madre. Ella colapsó en el suelo en sonoros sollozos mientras yo salía por
la puerta sin dar una sola mirada atrás. No sabía que me esperaba, pero si
sabia adonde iría ahora y que haría. Iría a la casa de Logan y lo seguiría
hasta el fin del mundo.
Después
apareció otra imagen en mi mente: era un diario. Estaba roto y las letras se
habían corrido por la lluvia. Se leía un gran titular sobre el suicidio de una
mujer, que se había ahorcado en su casa una noche. Era mi madre.
Sentí el
mismo vacio que cuando vi la noticia por primera vez, hace 4 años atrás. Uno
nunca debe subestimar el poder de la mente, ya que esta es capaz de hacerte
revivir los peores momentos de tu vida y hacerlos incluso más vividos que cuando
los presenciaste, reflexioné.
Después
haber estado sentada un rato sin moverme, sentí que alguien me miraba. Levante
la mirada y mi corazón dio un salto de la sorpresa. Era Logan, quien me miraba
atentamente.
-Te ves
desanimada-dijo él.
-Desanimada
es quedarse corto-dije soltando un leve bufido-me siento como una tonta-me tape
los ojos con las manos y deje salir toda la frustración que sentía.
-¿Por qué te
sentirías así? Los demonios son criaturas complicadas, nunca sabes que harán.
Son bastante impredecibles. Nunca sabes que harán para arruinarte la vida, así
que técnicamente no eres totalmente culpable de lo que esta ocurriendo.
-… ¿Gracias?
Logan, en serio, estas siendo…amable. No pensé que volvería ver al Logan
amable, o por lo menos no en esta vida-dije sorprendida. Yo sabía que Logan
podía ser encantador si él quería, pero nunca pensé que fuera amable, sin un
toque de jote. Esto me dejaba claramente anonadada.
-Hay muchas
cosas que no sabes de mi cariño-dijo poniéndome un brazo en los hombros y
atrayéndome hacia sí. Yo estaba tan sorprendida, que me deje llevar por él-dime
qué era lo que estabas pensando cuando yo llegue.
-No es nada,
solo un mal recuerdo-dije mientras ponía un poco de distancia entre nosotros.
-¿Es sobre
cuando peleaste con tu mama y viniste a mi casa decidida a escapar conmigo?-él
se rio de mi cara de asombro-te conozco demasiado bien cariño. No soy la piedra
que tú crees que soy; tengo recuerdos, emociones y…sentimientos-en ese punto
estaba poniendo su cara peligrosamente cerca de la mía. Y a esa distancia de
él, yo no era capaz de pensar con claridad.
-En eso
pensaba-dije hipnotizaba por sus ojos azules como el cielo. Lo que vino después
fue algo casi imposible de explicar: un torrente de fuertes emociones:
tristeza, deseo y nostalgia.
-Parece que
la apuesta la gane yo…-dijo Logan un segundo antes de que yo lo besara
suavemente; el dudo un momento, pero luego me devolvió el beso. No entendía de
que estaba hablando, pero poco me importaba con lo desordenado que estaban mis
pensamientos… y con el grito de Aria que vino después del beso que le di a
Logan.